Maraña de cables eléctricos por más puestos

De un tiempo a esta parte al concurrir al Mercado San Miguel para hacer compras vi con preocupación el constante aumento de la construcción de nuevos puestos, en lugares que antes eran calles internas donde uno podía caminar tranquilamente.

Hoy es cada vez más complicado el transito interno para el peatón. Pero no por la cantidad de gente, sino por el aumento locales tipo shopping. Las propias verduleras me corregían. No eran puestos sino nuevos locales de durlock en medio de las calles internas.

De cierta manera noté que les estaba afectando la venta y cierta incomodidad a la gente para para recorrer el mercado. Además claro está, un daño a la fisonomía tradicional y acervo turístico-cultural.

Luego se me ocurre mirar hacia arriba. Vi un tejido desprolijo, una maraña de caños y cables colgantes de electricidad para iluminar de manera precaria estos locales. Obviamente pensé que ese improvisado entramado podría generar un corto circuito y ergo un posible incendio. Y ocurrió.

No digo que esta sea el origen, pero tampoco está lejos de ser el motivo. Lo sabremos al conocer los resultados reales de los peritajes del incendio.

Mientras: ¿A quien le importa que el Colegio de Arquitectos se solidarice con los dueños de los locales damnificados? Lo que deberían explicar si las intensas remodelaciones y el aumento de puestos para recaudar más alquileres, estaban correctamente controlados y si advirtieron que de lo contrario esto podía ocurrir.

Con este siniestro desatado es vital se controle el cumplimiento de las leyes provinciales N.º 7467 y 7469 que disponen la verificación de las normas de Instalaciones Eléctricas como así también el estudio de Seguridad para Edificios de uso público, cualquiera sea su escala.

Asimismo, se insta a reglamentar la ley N°7.440 de Seguridad de Edificios de Uso Público, lo que redundaría en el correcto estado de los edificios públicos de la provincia.