Nada más y nada menos...

Trump dijo que la edad dorada comienza para EE.UU. con su arribo a la Casa Blanca. No sabemos, quizás lo dijo por el color dorado de su piel o pelo que ostenta, pero más allá de las interpretaciones sobre el título de esta nota, nada más hay que leer los dichos del primer discurso para saber que el asalto al Capitolio sobre el que carga una condena a la cual ahora es inmune, es solo un botón de muestra a la comparación de lo que pretende en su segundo mandato.

Lo viene diciendo hace tiempo: vuelve al poder por mucho más y no solo sino escoltado por un sequito de ricachones de ultraderecha que como él, están exacerbados por cambiar el paradigma del normal manejo político.

Nada más hay que ver quienes lo acompañaron en el acto de asunción. En primera fila estaban los "enamorados de la motosierra de Javier Milei": los dueños de Tesla, Elon Musk; Amazon, Jeff Bezos; el CEO de Google, Sundar Pichai; y el de Meta, Mark Zuckerberg, entre otros. Obviamente Milei también estuvo presente, al igual que otros pares y nones jefes de Estado, como Giorgia Meloni (Italia) y Nayib Bukele (El Salvador).

Junto a estos personajes que representa una gran porción de poder en el mundo, hay razones suficientes para esperar o temer cualquier tipo de atropello a los derechos adquiridos en la historia de la humanidad y la soberanía económica de países de Europa, de Canadá, México y Panamá, o de todos aquellos que no acaten sus locuras o excéntricas demandas.

Nada más hay que leer atentamente aquí el discurso de despedida de Joe Biden, (publicado en este medio) en el que dejó bien en claro lo que se puede esperar del segundo mandato de Trump. "Está tomando forma en EE.UU. una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que amenaza nuestra democracia nuestros derechos básicos y nuestra libertad", fue la advertencia de Biden en su mensaje de despedida de la Casa Blanca, aludiendo a sus incondicionales aliados Musk y Zuckerberg.

Nada menos hay que esperar si cumple lo que realmente planea proclamar oficialmente. Como ejemplo dijo que para él solo existen dos géneros: masculino y femenino. Además, siguiendo el mejor estilo mileista, como una de sus 100 primeras medidas, dio de baja una aplicación que les permitía a inmigrantes que buscan asilo sacar turno para ser entrevistados por oficiales estadounidenses.

En resumen, como quien repite lo que muchos dicen por ahí "que otra cosa se puede esperar de mono con navaja". Nada más y nada menos...