Padre de Marine Le Pen, estaba hospitalizado desde hacía varias semanas y había tenido una salud frágil en los últimos años. Ya había sido ingresado en el hospital anteriormente en febrero de 2022, tras un derrame cerebral, y luego, en abril de 2023, tras un infarto.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo tras conocer la noticia que Le Pen fue "una figura histórica de la extrema derecha" y que "jugó un papel en la vida pública de nuestro país durante casi 70 años, lo que ahora es una cuestión que la historia deberá juzgar".
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, declaró que el fundador del Frente Nacional “sin duda habrá dejado su huella en su época”. Y también consideró que “está pasando una página de la historia política francesa”.
También se pronunciaron figuras de la extrema derecha en Francia. Uno de ellos, es Jordan Bardella, actual presidente de Agrupación Nacional y delfín de Marine Le Pen.
"Jean-Marie Le Pen ha muerto. Fue alistado en el Ejército francés en Indochina y Argelia, orador en la Asamblea Nacional y en el Parlamento Europeo, siempre sirvió a Francia, defendió su identidad y su soberanía. Hoy mis pensamientos están con su familia, sus seres queridos y, por supuesto, con (su hija) Marine, cuyo luto debe ser respetado".
Su carrera política
Le Pen concentró todas las miradas en Francia en 2002 cuando llegó a la segunda vuelta presidencial, que ganó Jacques Chirac.
En 1972, había cofundado el Frente Nacional (FN), presentado como un partido "nacional, social y popular". Sus primeros años en política causaron rechazo en buena parte de la población, con comentarios racistas y antisemitas explícitos que tocaron fibras sensibles en un país todavía atormentado por la Segunda Guerra Mundial.
El primer gran avance electoral del FN se produjo a mediados de la década de 1980, cuando el partido ganó 35 escaños en el Parlamento. Pero su suerte fluctuó marcadamente durante las dos décadas siguientes, en parte como resultado de cambios en el sistema electoral que favorecieron a los grandes partidos.
Advirtió repetidamente que la inmigración africana "sumergirá" al país y afirmó que la ocupación nazi de la mitad norte de Francia durante la Segunda Guerra Mundial "no fue particularmente inhumana". Sin embargo, fueron los comentarios sobre el Holocausto -al que repetidamente llamó un "detalle" de la historia- los que causaron el mayor impacto.
Estos le valieron al político el apodo de "el diablo de la República" y una serie de condenas judiciales por antisemitismo y racismo.
Esto también abrió una brecha entre él y su hija Marine, quien se embarcó en una misión para limpiar la imagen del FN después de asumir el liderazgo del partido en 2011. Ella llamó al proceso "des-demonización" en un aparente guiño al legado dejado por su padre y reformó la fuerza política en lo que es hoy en día Agrupación Nacional.
