Se trata de una nueva incorporación a la larga lista de nombramientos más o menos insólitos o sorprendentes que el multimillonario presidente ha decretado desde su elección en noviembre de 2024. Los nombrados o nominados son nada menos que Mel Gibson, Jon Voight y Sylvester Stallone.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha nombrado a Stallone, Gibson y Voight como "embajadores" de una industria en declive. Tres estrellas blancas, conservadoras y polémicas para "hacer que Hollywood vuelva a ser grande", según dijo.
"Estas tres personas muy talentosas serán mis ojos y oídos, y haré lo que me sugieran. Será […] ¡La época dorada de Hollywood"!, escribió Trump en su red social Truth.
Para él, el objetivo es simple: "Traer la industria de Hollywood, que ha visto gran parte de su negocio exportado al extranjero en los últimos cuatro años, de vuelta a suelo estadounidense, más grande, más hermoso y más fuerte que nunca".
El sueño americano, una idea de Reagan
Para desempolvar la fábrica de sueños, Trump no llamó a cualquiera. Gibson, Voight y Stallone tienen 69, 86 y 78 años respectivamente. Se encuentran entre sus más fervientes partidarios en la industria. Estos actores son figuras blancas, conservadoras y polémicos por sus comentarios antisemitas, como el de Mel Gibson; al igual que las acusaciones de agresión sexual de Stallone. Los tres actores también encarnan una forma de masculinidad anticuada, algo raro en una industria cada vez más inclusiva.
¿Revitalizar Hollywood reviviéndolo? Al parecer Donald Trump no se quita esta idea de la cabeza. Más bien, se lo debe a uno de sus predecesores en la Oficina Oval, Ronald Reagan, quien en la década de 1970, teorizó la encarnación del sueño americano en la pantalla como un hombre rudo hecho a sí mismo y descendiente de John Wayne, que logra sus objetivos a costa del trabajo duro.
Un edificio al que los nuevos heraldos de Donald Trump han añadido sus propias piedras como Rocky (para Stallone, 1976), Braveheart (para Gibson, 1995) o The Champion (para Voight, 1979).
